Fecha: un día cualquiera.
Lugar: tu habitación, tumbado en la cama con la mente en blanco.
Para pensar no necesitas nada más...la vida te da y te quita sin apenas avisarte, sin señales y sin necesidad de que nadie te acompañe. Un día lo tienes todo y al día siguiente un poquito menos, y así sucesiva y aleatoriamente hasta que llega el momento en que no tienes nada que perder.
La vida es una sucesión de alegrías y tras cada alegría hay una tristeza y después una alegría mayor que la anterior pero siempre acompañada de una tristeza enorme. ¿Qué nos quiere decir esto...? Que la vida siempre continúa, sigue su camino sin dilación, no importa lo dura que sea, siempre algo bueno viene detrás.
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