Duerme conmigo, si eres piedra da igual, yo seré pedregoso camino. Duerme conmigo yo te cante, te arrullo, te arropo, te abrigo y te mimo.
Y me mira de reojo cuando cree que no le miro, como no voy a mirarle si arde como el rastrojo en cuanto me descuido y echa a volar para buscar un lugar donde descansar sin tener que esperar a que me decida a hablar, que su mirada es un tiro de sal al que ose chorar en un bosque frutal de su libertad, de mi soledad, de nuestro vendaval.
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